Me llamo Sergio y siempre me ha gustado la cocina… aunque eso de comer sano nunca fue del todo conmigo.
Solo te digo, que empecé a comer fruta a los 20 años.
Y es que, cuando eres joven parece que puedes permitirte comer cualquier exceso porque no pasa factura. Aunque cuando pasas los 30 eso cambia.
No obstante, en mi caso fue mucho antes, ya que tuve un serio problema con la vesícula que me impidió comer lo que a mí me gustaba durante años (los médicos no me la querían quitar a pesar de estar yendo a Urgencias varias veces al mes por fuertes cólicos).
Finalmente, no me quedó más remedio que «ponerme a dieta» y empezar a buscar alternativas saludables pero que me permitieras seguir disfrutando la comida.
Y lo cierto es que existen pero hay que encontrarlas.
Así pues, y apoyándome en mi hermana nutricionista, poco a poco fui creando un recetario de platos saludables que pudiera preparar cómodamente. Y también fui descubriendo la infinidad de robots de cocina que existen (tengo todos los del Lidl: la Monsieur Cuisine, la panificadora, la máquina de pasta, etc.)
De todos ellos, el que mejor me ha venido con diferencia es la freidora de aire o airfryer (aunque las de ahora no tienen mucho que ver como las primeras) porque gracias a ellas he podido mejorar en gran medida mi forma de comer.
La cosa es que con el tiempo, por fin di con un médico que aceptó quitarme la vesícula, y desde entonces puedo comer muchas más cosas.
Pero lo cierto es que después de tantos años no veo la necesidad de volver al mundo de los fritos y grasas. Me quedo con mi dieta saludable y así, si salgo fuera con mi esposa o con amigos puedo permitirme algún exceso.
En fin, esta es mi historia.
No sé si le servirá alguien o si incluso puede llegar a ser de interés. Pero si has llegado hasta aquí, déjame decirte que se puede comer sano sin gastar mucho dinero y disfrutando de la comida.